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Lo que dejamos atras

La última vez que la vi estaba del brazo de otro hombre.   Caminaba erguida y sonriente. Ya se había vuelto a unir a otra persona  y tenia unos 3 meses de embarazo de su primer hijo, del que se suponía sería nuestro hijo, hijo que nunca tuvimos  por que apenas 3 años antes ya nos habíamos divorciado. =mas=   Ella es una mujer alta. Apenas mide unos 6 centímetros menos que yo y tenia a pesar del embarazo una figura imponente.   A su lado un hombre ligeramente mayor que ella la tomaba de la mano mientras sonreía y señalaba a unos escaparates.   Yo no les dije nada.   Mi tiempo, el tiempo en que debería ser mi mano la que  tomase la suya ya había  pasado hacia mucho.  Era otra vida la que vivíamos,  tanto  para ella como para mi. Pero aun así no pude dejar de pensar  en ella esa noche..   Hay algo que te une a las personas que amaste alguna vez., como si algo te ligara inevitablemente  a su vida, como si después de haber amado a un cuerpo, a un alma, puedes hacer a un lado el amor pero no puedes borrar ese inasible hilo que alguna vez te unió a alguien.   Y yo ame a esa mujer como a ninguna otra.   A veces en las noches cuando mi novia duerme pienso en lo que viví los últimos años de nuestro matrimonio  y me pregunto que hubiera pasado si las cosas hubieran sido distintas al final… si yo hubiera cambiado, si ella me hubiera comprendido lo que no quería comprender o si yo hubiera cumplido las promesas que hice. Y aunque se que esta mal no dejo de fantasear con la idea que nunca nos separamos, que al final ambos nos miramos a los ojos y nos dijimos lo que realmente sentimos y por fin nos perdonamos todo aquellos que nunca nos pudimos perdonar.   Pero ella y yo nunca nos miramos a los ojos supongo. A la distancia y después de tanto tiempo estoy seguro que nunca lo hicimos.   La última vez que hablé con ella fue hace casi un año. Yo acababa de volver a esta ciudad y la navidad estaba ya a dos semanas y mi novia, que en esa época no era oficialmente mi novia, me acababa de enseñar que mi soledad solo era una consecuencia de mi terquedad (a veces no necesitas hablar el mismo idioma para que alguien te grite tus verdades a la cara). Y ella apareció nuevamente en mi vida, aunque evidentemente no estábamos en el mismo lugar físico.   Me buscó y me habló con esa misma voz con la que me dijo tantas veces que me quería y con la que rompió mi corazón y mi orgullo tantas veces.   Me contó de su pequeño hijo, de su esposo y de su nueva vida. De su casa con un patio grande y de cómo cada mañana se levantaba a prepararle el desayuno a su esposo mientras su hijo dormía. Me contó que su tiempo libre lo dedicaba a estudiar, a buscar se mejor profesional ya que el ser madre le había hecho entender que su responsabilidad con la vida era mayor que la que tenia cuando estaba conmigo.   Y me preguntó como llevaba mi vida al final de todo.   Y ya lo dije antes, hay algo que te une siempre a las personas que has amado, aun a la distancia, aun cuando su vida y la tuya han tomado caminos distintos.  Y es por eso que no le pude mentir.   Le conté que mi vida había dado un vuelco total desde que salí de nuestro país. Que había conocido un mundo nuevo y que en ese mundo había conocido a alguien especial que quería tener una relación duradera conmigo,  y que yo no estaba seguro de que paso tomar   -         de que no estas seguro – me preguntó -         de querer tener un compromiso -         por que? -         Ya olvidaste lo que pasó la ultima vez que tuve un compromiso con alguien   Y ella se quedó en silencio unos segundos mientras perdía su mirada fuera de la pantalla de su computadora.         - El problema contigo es que siempre has creído que al final vas a estropear todo Luis. Y lo peor de todo es que como siempre estas esperando que eso pase, al final terminas haciendo que las cosas se estropeen.   -         Eso no es justo -         Si, no es justo. Date cuenta. Nunca ha sido justo. Pero nunca ha sido justo contigo.     Ella siempre ha tenido la capacidad de conocerme mas de lo que me conozco yo. Recuerdo cuando recién empecé a salir con ella y no teníamos dinero para nada, ella tomo mi mano y me llevo caminando a un parque, nos sentamos en los escalones de una iglesia y mirándome a los ojos me dijo que mientras estuviéramos juntos no importaba pasar un sábado en la tarde viendo como otras personas alimentaban a las palomas en el parque. Ella tuvo, con esa acción, la capacidad de decir las palabras que yo no podía decir.   Y esa noche en el skype, a miles de kilómetros de distancia, tuvo la capacidad de decirme algo que yo no podía o no quería darme cuenta.   Esa fue la última vez que hablamos. Un par de meses después, la hermosa mujer que hoy comparte mi vida se mudó conmigo. Y ella y yo empezamos una historia que espero que nunca se acabe. Cada uno trajo para la casa una mochila con sus amores pasados, sus frustraciones y sus esperanzas que siempre hay una segundo y hasta una tercera oportunidad para amar. Y hemos hecho un gran esfuerzo para que esas esperanzas no se borren por las diferencias culturales entre los dos…    Podría quedarse aquí esta historia y seguramente los últimos dos párrafos anteriores harían un excelente y conmovedor final. Pero las historias reales no siempre tienen un conmovedor final. A veces tienen finales que te dejan claro que la vida siempre te dará sorpresas….   Ayer en la mañana fue la última vez que ella, mi ex esposa, me escribió. No fue un mail muy largo, apenas un par de párrafos apresurados y que seguramente no demoraron más de un minuto en escribirse.   Allí ella me contaba que su vida estaba bien, y que inclusive se había vuelto a embarazar. Que tenia 4 meses ya y que ella y su pareja estaban felices de volver a ser padres.   “……Y estoy segura que este niño también será hombre -  me escribió – tendré otro hombre mas en mi vida….”   Y agregó;   “….Lo he conversado con su padre y esperamos que no te moleste pero si es hombre queremos ponerle tu nombre. Luis

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