tila

Alucinación

  ¡No! ya no quiero llorar, no merece que yo le llore, Porque a pesar de todo, de todos, La locura de su amor me mostro Que es más fuerte mi razón, que mi locura.   De repente desperté, te habías ido, y sola como me encontré, entre el deseo de mi alma rota, te ame, te rogué, pero no atendiste a mis suplicas. Morí, si, morí en tus silencios, morí en el hábito de dejar los buenos ratos conmigo para después. Porque preferías mirar la T.V. que abrazar mi cintura, porque amabas salir con “tus amigos” y no con los nuestros Porque te olvidaste de mi, me arrumbaste en el rincón de tu casa, me encerraste creyendo que el amor conservaría el color de las rosas… mi credo por ti, falleció. Y fueron los detalles, los que anunciaron la partida de tu amor, fue tu desapego, tu poca creatividad, fueron las inocentes huidas después del trabajo las que confirmaron el comienzo de la decadencia. Aquí, donde las miradas se juntan, donde los secretos se cuentan, en mi cama del polo sur, acompañada de tu recuerdo, sostengo en mis manos las pruebas de que me has traicionado. Y se llenan de luciérnagas las aceras, y se apagan los faroles fuera de casa, me derrumbo entre el estruendo del final y el

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