Estaba leyendo sus historias de fantasmas y aparecidos y la verdad están bastante interesantes. El problema con la mayoría de historias de este tipo es que siempre le pasan “al amigo de un amigo” por decirlo de alguna manera, por eso es tan interesante leer que ustedes mismos han pasado por esa experiencia. Si me permiten quisiera contarles una experiencia que me pasó a mi cuando era muy niño, tenía aproximadamente 8 años. Mi mamá nació en una ciudad en la selva de Perú llamada Juanjuí. En la selva las ciudades crecen siempre al borde de un río y en todo río caudaloso los muertos por ahogamiento son cosa común y evidentemente también lo son las historias de fantasmas asociadas a esos infortunados ahogados. Pues bien, cuando yo tenía 8 años viajé por piedra vez a ese pueblo. En esa época la única manera de llegar allí era por avión, así que mi familia y yo viajamos por ese medio. Cuando llegamos yo me sorprendí bastante ya que era un chico de ciudad, por que había vivido toda mi vida en Lima, un sitio que tenia en esa época un poco más de 3 millones de habitantes. El pueblo era pequeño, en medio de la selva, con casas de dos aguas y que dependía casi exclusivamente del río para el intercambio comercial. Llegamos y nos hospedamos en la vieja casa de mi abuela, que ya había fallecido unos años antes y donde solo vivía mi tía Lilia, que en esa época debería de tener unos 50 años. Cuando llegamos mi tía nos contó que el pueblo estaba muy inquieto por que un día antes se había volcado una lancha con más de 15 personas y se habían ahogado aparentemente todos por que todavía no encontraban la totalidad de los cadáveres. Y nos contó también que su comadre estaba en la lancha y que estaba muy aterrada por que la noche anterior, a media noche, horas después de haberse enterado que la lancha se había volteado había sentido que tocaban el vidrio de su puerta y cuando se había acercado a ver quien era quien tocaba a esas horas había oído antes de asomarse una voz ronca que le decía “tengo frío comadrita

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