P. D.
Yo, que no compro un rompecabezas por temor a que le falte alguna pieza, que le temo profundamente a las cosas inconclusas al igual que a las víboras de cascabel o al piquete de una abeja, me veo en la embarazosa necesidad de confesarte que, a pesar de los años y la distancia, no te he olvidado. No me malinterpretes, no pretendo decir que no te he superado, al contrario, mi vida ha ido bastante bien. He tenido mis amores y desamores, momentos de mucha luz y momentos de mucha oscuridad en los que incluso casi pierdo la vida. Lo que intento decir es que, en pocas palabras, fuiste una historia que me definió. ¿Te parecería exagerado
Hay 342 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse