Casi todo el fin de semana transcurrió pese a mí. El ánimo decaído, o la impresión de ir rodando la vida cuesta abajo, me ha obligado a encerrarme, a aislarme. No hay mejor manera de aislarse que leyendo, es como abandonar el cuerpo, el ánimo, la intrascendencia y sumergirse o sublimarse entre los vapores de los enredos que la novela distribuye por la mente. Decidí inconscientemente releer Harry Potter (5) La Orden del Fénix. Parece que el mundo sigue aquí, ya acabé de leerlo y mi ciclotimia no ha cambiado de humor. Debe haber mejores cosas en el mundo de qué hablar, en qué pensar. Pero no puedo apartar mi mente

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