p=. !http://www.ymipollo.com/user/images/2006/06/232fc541c0cb68bcf6be7fa39e10f496.jpeg! Ya tiene tiempo que no comparto con ustedes algo de mi vida rutinaria, ahora que ya no trabajo con mi papá tengo más tiempo, pero… con todo lo que ha sucedido no he tenido ni tiempo para mí. Antes que nada quiero agradecer a toda la gente que ha estado conmigo, a esa gente que cuando entre y mire sus mensajes me dieron ánimos y me recordaron que si existe la amistad y los buenos deseos, gracias a todos. =mas= Hace tiempo conocí a un chico llamado Ricardo, eran de ese tipo de chicos que no te da confianza cuando lo vez, pero cuando convives con él es todo lo contrario, es una persona detallista, amable, comprensible, con un humor muy agraciado, en verdad me enamoró, me encariñe tanto que no me daba cuenta de lo que realmente pasaba. El día que lo vi entrar en aquella casa, comenzaron a crecer mis dudas, al día siguiente no lo vi, la verdad me sentía cansada, tenía cólicos y la jaqueca no me dejaba, así que le dije a mi madre que fuera quien fuera no estaba para nadie, que aunque estuviera quemándose la casa no tocara mi puerta, le di un beso y me encerré en mi cuarto, empecé a observa mi techo y mientras maldecía mis dolores le encontré una cómica figura a una parte de él, me salió una sonrisa que inmediatamente fue borrada, ya que recordé a Ricardo, empecé a cavilar y no podía llegar a nada concreto, yo le comenté lo del helado y nunca me dijo nada de que viviera ahí o que tenía un conocido ahí, sabía que me estaba frustrando a lo idiota, así que no quise pensar en eso y empecé a tararear una canción que un amigo rumbo a un bar repitió más de 15 veces *Yo tomo – Bersuit Vergarabat* , quedé dormida con esa canción dando vueltas en mi cabeza. Al percatarme que mi ventana estaba abierta tuve que párame toda fofa de mi cama, cuando volví a mi almohada pude sentir esa sensación de que no iba a poder dormir de nuevo, así que incline mi cuerpo y mi brazo, prendiendo una pequeña radio que tengo y estaba comenzado la canción de Jarabe de Palo – Lado oscuro, volví a dejar caer mi cuerpo en la cama, ubicando aquella figura que vi anteriormente, al darme cuenta ni la jaqueca ni los cólicos estaba presentes, suspiré y comencé a mover la cabeza al ritmo de la canción, hasta que quedé dormida otra vez, así que eso de que no podría dormir de nuevo fue vano y después de todo no recordé a Ricardo lo que quedó de la noche. Al despertar la luz de

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