Yo tengo una pluma. Tengo en las pestañas la forma del último libro. Se dejó tocar.   Soy dueña de las palabras carnívoras, de las palabras hambrientas. =mas=   Las he visto devorar los ojos y dejarlos a punto de vidrio. Son despiadadas, nacen al coqueteo de una idea indecente.     Se deslizan por la garganta, y a punto de la asfixia, se fragmentan.     Soy dueña de las palabras carnívoras, letras dispuestas a traspasar.       No lo controlo. Es el instinto.       Se disuelven lentamente en la sangre. Son rápidas llegando a su objetivo.         Tienen algunas tendencias muy específicas. El hígado, el estómago, incluso se apoderan de la respiración.       Soy dueña de las palabras carnívoras, las impúdicas cuando escuchan tu nombre y se atropellan por devorar.         Desde la trinchera…VORAZ Y CARNÍVORA     (Nunca veras a un tigre avergonzarse de sus rayas)    

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