Poema de un interminable agonía a quien ya no está
Madre, Mi vida, mi orgullo Porque ríes, porque lloras, porque expresas en tu rostro, el calor de ser mamá. Porque solamente tus caricias me hacen sentir que voy por el buen camino. Porque tus concejos son oro puro, pero tus besos son todo un tesoro. Porque divago y lo pienso y simplemente… te vuelvo a querer. Madre, ternura llena de tristeza abnegada. Flor que vacila entre risas y lágrimas. Madre que hablas a través de tu mirada y escuchas a través del amor. Hoy deseo con toda mi alma que tu voz no se vaya de mi memoria Que tu calor y amor de madre me guié por el buen camino Y que tu valor no se vaya de aquí Tú que me diste la vida y que hoy te encuentras tan lejos Tú me arropaste y llevaste en tu vientre A ti, que a pesar de las noches de desvelo Seguiste brindándome tu cariño sin mirar atrás. Eres cariño infinito, eres una flor que gira para sentir el calor de sus hijos Y después de las noches de tormento Solo escuchar tu voz disipaba mis tinieblas Esas tinieblas que nublan mi razón A la par de tus latidos Se teje una historia Se traza un arduo recuerdo Que me llena de felicidad Tus hijos, Tan frágiles, tan tenues Que a través de tu mirada Buscan en tus labios el perdón Hoy quiero estar junto a ti Pedirte que no te vayas, que me esperes Que no me desampares Y que no me dejes con un recuerdo de dolor Quiero expresar en estas líneas cuanto te necesito Cuando quiero que seas feliz Y que tus ojos, a pesar de los años Sigan vivos, sin vacilación Pero sobre todas las cosas Hoy quiero decirte que te amo Que estoy orgulloso de ser tu hijo Y que llevo en mi recuerdo… tu corazón porque a la distancia no puedo dejar de admirarte... y a la cercanía aún escucho tu voz...
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