Una mañana...
Mis ojos van cerrados, mientras oigo a The Killers con Smile Like You Mean It en su versión acústica. Aun así, puedo percatarme que el autobús va a una velocidad inmoderada, calculo que poco arriba de los 90 km por hora; y no es que sea demasiado rápido, pero la carretera es mala, hay demasiadas curvas y ha llovido por la mañana. =mas= Trato de concentrarme en esas guitarras e ignorar la velocidad, pero por momentos no es posible. De repente puedo sentirlo, el autobús zigzaguea repetidas ocasiones y muy rápido, ha perdido el control. En ese instante el tiempo se vuelve lento o tal vez mis sentidos se agudizan al máximo, oigo los gritos de la gente que viene conmigo, puedo sentir claramente el descontrol del autobús y como las llantas dejan el pavimento para rodar sobre tierra y piedras. Mis ojos siguen cerrados, la música sigue sonando pero ya no la escucho. Instintivamente me doblo hacia delante tratando que mis hombros toquen el respaldo del asiento siguiente y que mi cabeza quede escondida, porque lo hago?, no lo se, nadie me lo enseño y ni siquiera tengo idea si servirá de algo. El autobús gira hacia su derecha justo del lado en que vengo yo, pegado a la ventana y siento primero como el peso del tipo que viene a mi lado se recarga contra mi; entran ramas y hojas por la ventana, puedo sentir que algunas rasguñan mi espalda y hombros, luego la gravedad se vuelve loca, porque siento que voy para arriba, al menos así lo creo,
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