“Desde que Flaubert escribió Madame Bovary, la literatura puede dividirse de una manera muy burda en dos: 1.- Los que escriben vidas extraordinarias 2.- Los que escriben vidas ordinarias de manera extraordinaria. Así pues tenemos que antes de Madame Bovary se escribía de reyes y héroes, de dioses y demonios, pues a quien podría interesar la vida de la esposa del conde, de alguna mujer de la vida alegre o del campesino encargado de trabajar la tierra? Ya de después nos encontramos con una serie de cuentos que nos narran los sucesos más comunes en palabras elocuentes.”

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