ixca

Resolución de intrincadas series de combinaciones de estímulos

En alguno de esos rebuscados programas del Discovery Channel recuerdo vagamente haber visto un capítulo donde se hacía una pausa introspectiva hacia la capacidad de nuestros sentidos para detectar estímulos o, dicho de otra manera, la estimación de sus “sensibilidad” si se los ve como una serie de transductores naturales que traducen a impulsos eléctricos las manifestaciones naturales en sus diferentes variantes: calor, fuerza, luminosidad, sabor, sonidos, y así: el cíclico asombro ante lo que pomposamente se llama la ingeniería de la naturaleza. =mas=Huelga decir que todo esto es igualmente aplicable todo ser viviente. Ahora bien, en los animales entra en acción un dinamismo interesante (incluyendo al bípedo implume): tal cual la serie de combinaciones binarias en una computadora ejecutan diferentes rutinas, en los seres vivos esta gama de combinaciones de estímulos hace que el cerebro calculadamente programado por miles de años ejecute también diferentes tareas como respuesta de supervivencia: experiencia, mecanismos de adaptación, evolución, actos cognoscitivos, como se le quiera llamar. En el homosapiensapiensapiensa la ecuación se vuelve más interesante cuando el computador aumenta respecto a otros animales la capacidad del procesador, el entramado dendrital de cableado de red, la velocidad del procesador, autoejecuta reparaciones, y toda esa monada que el mismo computador en una rutina llamada dios dice que así fue concebido (sí, es una rutina que genera conflictos de tiempo-y-espacio, que no ha podido ser resuelta aún). Desde luego, lo más interesante de todo este daiqurí de “virtudes” es que el cerebro humano es una máquina endemoniada de aprender. Es decir, potencialmente está diseñado para eso, pero muchas veces le pasa lo que al ejemplo del ferrari intentado correr a las 8 de la mañana en periférico a la altura de Satélite en dirección al Reforma: su tráfico de marañas, desidias, autocomplacencias, autolimitaciones merman y atrofian su natural caudal. Aunque, imaginemos por un momento que todo Ser Humano desarrollara esta capacidad simultáneamente: Caos. Así que asumamos que el Status Quo muchas veces lleva algo de razón (gulp): everything in its right place. Aterricemos toda esta presuntuosa presentación a un tópico común: las relaciones interpersonales. Usted conoce a alguien que le parece interesante: ¡Ignition! Comienza la carrera del aprendizaje de ese otro sujeto, lo cual incluye el escaneo de la apariencia, el reconocimiento de voz, temperatura, niveles de aceleración, fuerza ejercida en el saludo, cadencia en el andar, frecuencia de parpadeo, velocidad de dilatación del iris, humedad relativa de manos, dimensiones físicas (primeramente las visibles), cantidad de veces que mira al cielo, cantidad de miradas de soslayo al interlocutor y todo lo demás, para posteriormente pasar al aprendizaje de la personalidad, gustos y disgustos musicales, afinidades políticas, bagajes no superados de la infancia, pasatiempos, hacetiempos, delegatiempos. Si hay una reciprocidad en el interés y las condiciones sociales y temporales lo permiten, estos dos sujetos decidirán estar juntos para seguir aprendiéndose en el entendido de que con las primeras lecciones ha sido suficiente para tomar decisión sobre el solapamiento simbiótico temporal de sus vidas. A esa hambre de aprendizaje se le denomina comúnmente “enamoramiento” llegando a entrelazarse con “amor” (aunque esta última aplicación es más compleja pues dispara muchas otras como la pasión, la ternura, la compasión, la misericordia, la cordialidad, etc). Lo que viene a continuación es que la acumulación de aprendizaje hará que un día cualquiera después de tanto saber (y haber querido no saber) una combinación cualquiera como: [día lunes veraniego] + [soleado] + [por la mañana] + [TV apagada] + [perro ladrando] + [en el refri ya no hay chelas] + [su mamá le llamó hace 4 horas] + [luna en cuarto menguante] + [el IPC de la BMV tuvo una caída del 0,4%] + [Pregunta “¿Dónde está el molinillo que compramos el 30 de febrero del 2003 en la tienda cuya dependienta traía una falda tableada color caqui con una mancha verde en el costado derecho?”] = [Aquí sigue una discusión como la del 1 de mayo del 2009 a las 16:34], acto seguido: no hay respuesta a la pregunta del último componente, ambas partes se miran 2 segundos, para posteriormente retomar la conversación 6d 3h 45m después. Estos actos de aparente civilidad y evolución social suceden gracias a eso que se llama (a todo le ponemos nombre, cabe resaltar) “maduración emocional”: o dicho de otra

Hay 2125 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse

Elija una cuenta para acceder al contenido completo

Cuenta de Ymipollo
Hola


Reacciones


Debe estar identificado para ver los comentarios o dejar uno.

Entrar a Ymipollo

¿ping? ¡pong! Ymipollo © ¿ping? ¡pong 1!