Cuando mi teléfono que por extrañas razones (no documentadas) dejó de funcionar, sufrí. De pronto dejó de registrarse en la red y si quería llamar me aparecía un mensaje de que no estaba registrado y dejó de funcionar... es decir, no se conectaba a internet ni podía recibir o hacer llamadas. Afortunadamente tenía apenas un año justo de empezar a usarlo, un Samsung Galaxy S3. Ni tardo ni perezoso, lo llevé al CAC de Telcel más cercano a preguntar sobre la garantía: debo decir que salvo las largas e insufribles esperas para hacer fila y que te atiendan, todo salió bien. Bueno, más o menos, me explico: El teléfono pasó en el momento por el ingeniero que tienen en el lugar, determinando después de una hora aproximadamente que en efecto, el teléfono no registraba en la red y por lo tanto, se iba a mandar a garantía. Una vez determinado lo anterior, envolvieron el «cuerpito» del teléfono (sin pila, sin tapa posterior) en un formato y llené algunos datos y listo... se fue a garantía de Samsung. — vuelva en 15 días señor, para ver que pasó con el equipo. 15 días ni uno más, estuve utilizando un viejo Blackberry que teníamos «de gallito», para emergencias. Ya hasta le estaba agarrando gusto de

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