giorgio

El cuento de la Libemor

Hace muchos años que escuché este cuento, hoy lo he vuelto a leer y, en estos momentos de reflexión profunda, me ha dado mucha luz, aquí se los dejo: EL CUENTO DE LA LIBEMOR Viajaba yo en un tren en el vagón “fumador” y venía absorto observando cómo en el sillón de enfrente una señora jugaba con su hijo de mas o menos un año de edad. Ella estaba casi recostada en el cómodo sillón del tren y su hijo yacía encima de ella. Sus rostros se hallaban frente a frente y manteniendo un juego secreto que a los dos hacia reír con ganas: se platicaban, se hacían gestos, se hacían cosquillas, se escondían. Yo descaradamente los veía porque su juego también a mi me acariciaba. De repente escuché una voz que me sacó del trance en que venía. Le están tejiendo su “Libemor”-dijo la voz Me di la vuelta para ver quién había hablado y vi que era una muchacha bonita, después supe que era un Hada. =mas=Sí, me dijo- no puedes verla? No- le respondí atónito- cómo dijiste? Dije que la niño le están tejiendo su”Libemor”  Y después de una breve pausa, añadió: Ya casi está terminada! Como en los trenes uno siempre tiene ganas de platicar –pregunté intrigado. Explícame qué es eso de “Libemor”. El Hada, que ya sabía que yo se lo iba a preguntar estaba lista para revelarme un gran secreto “Las Hadas no se aguantan las ganas de revelar secretos) y comenzó así: El Mago Supremo le dio a la humanidad un don maravilloso le entregó las agujas “Alfada” que son las agujas mágicas con las que se teje la “Libemor”  Yo la miraba y escuchaba asombrado. La “Libemor” continuó el Hada- es la capa mágica que cada madre teje a sus hijos y con la cual les confieren un enorme poder, el poder de amar. Cada vez que una madre acaricia a su hijo, le habla, lo atiende, lo alimenta o juega con él, vuelan las agujas “alfada”, y dan una puntada, y si el empeño no ceja o la tarea no se interrumpe, más o menos a los dos años la “Libemor” cubre ya por completo al niño. Como la capa es invisible, nadie se explica por qué de repente se siente tan confiado, tan seguro de sí mismo, por qué de buenas a primeras ya no le importa separarse de mamá. Obviamente, dijo el Hada con suficiencia, es el enorme poder de su “Libemor”, lo que les permite actuar de esta manera aunque no siempre es así, -añadió el Hada con tristeza-   Por qué? Le pregunté.   Para tejer la “Libemor” de sus hijos las madres tienen que amarlos y atenderlos con ternura y solicitud y la tarea no debe interrumpirse hasta que la capa esté terminada. Si por alguna razón la madre y su hijo se separan antes de que esto ocurra, la capa se desteje…se le van los hilos.   Y de qué son los hilos? –pregunté   Son los hilos de energía vital que las madres toman de su propia “Libemor” Ellas destejen su capa para tejer la de sus hijos. No hay forma más perfecta de amar.   Y si no tienen “Libemor” Pregunté atemorizado   No deben tener hijos. Respondió terminante el Hada   Y se quedan sin nada al destejer su capa? Volví a preguntar   Eso a ellas les importa un comino –me respondió el Hada. Además, a ellas les abriga la “Libemor” de sus hijos y la de su amado.   De su amado?   Si, me dijo. Si ellas se sienten amadas podrán cumplir mejor con su tarea. Para que la “Libemor” te cubra toda la vida debe tener un número exacto de puntadas, no debe quedar ni chica ni grande. Cuando se atiende solamente al niño para que sobreviva… sin alegría, ni esperanza, las “Alfaga” darán muy pocas puntadas y la capa quedará muy cortita, el niño no se sentirá protegido, no tendrá suficiente confianza en sí mismo. Y si su madre lo sobreprotege porque le tiene miedo a la soledad o porque ella necesita amor, entonces las “Alfaga” darán demasiadas puntadas, la “Libemor” quedará demasiado grande y se le enredará entre las piernas al niño y el niño no podrá caminar solo.   Y como saben ella cuántas puntadas dar?   No te preocupes –me dijo- cualquier madre sensata lo sabe muy bien. Un detalle importante que no te había mencionado –continuó el hada-, es que hay una clave secreta para que las agujas tejan.   ¿Cuál

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