OLAF O COMO SOBREVIVIR A TU APODO
Estando con un cliente, sucedió cierto acontecimiento que trajo a mi debrayadora ideas muy locas. Paso a detallarselas, las debrayadas ideas: =mas= Resulta que suena el teléfono, y una de las personas lo contesta. Su primera reacción es de sorpresa: ¿Fulanito? No, no trabaja aqui, o a ver... dejeme ver si alguien lo conoce. Acto seguido, se pierde en las profundidades de la oficina, en busca del bendito hombre, y nada. Nadie sabe quien es. Eso desencadena en mi un recuerdo, de esos fulgurosos, donde viví una situación similar, en mi barrio adolescente, la Colonia Estrella, en la G.A. Madero. Alguien me fue a buscar, y preguntó en toda la cuadra por mi nombre, sin que nadie le supiera dar razón. Finalmente, una de mis vecinas, cuando fue requerida le dijo:
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Me siento Divertido.