Su mano bajó lentamente por mi espalda. Cuello y mejilla quedaron presa de sus besos, hasta que consiguió llegar a la boca.     Ese acento catalán me enloquece. Quedito, quedito… me deslicé por sus palabras.     Es el único hombre que puede hacer conmigo lo que se le da la gana...=mas=     Me tumba los silencios a fuerza de sacarme una confesión. Nunca desaprovecha sus encantos. Está capacitado para arrinconarme en un solo sentimiento. Le he amado desde aquella maraña de letras que hundió en mi cerebro. Si, por ti es por quien escribo. Por nadie más. Escogí el ROJO, y van ocho años.     Esa fue mi elección. Puedo ver que más que un “asunto de complicidad” hay entre nosotros un vínculo poderoso, escandaloso, indecente, inoportuno y tal vez un tanto inconciente. Pero indisoluble.     Por eso, me confieso perdida por ti, por tu constancia, y tu insolente descaro al recitar de memoria, mil nombres con los que me has puesto y derrumbado a tus caprichos.     Cuando leas esto, asegúrate de no sustituir ninguna de mis palabras. Es que yo no tengo nada que ocultar, ni dueño de mis noches, que no seas tú…     Desde la trinchera............... esperando que Barcelona despierte.

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