Los emocionantes días de una correctora de estilo
Hoy son las 4:35 de un martes hasta ahora desastroso. Esta es la emocionante vida de una correctora de estilo: salí a las 2:30 am. Diez y media hora de trabajo. De eas diez horas, aproximadamente seis fueron de ineficiencia total, pues tengo que esperar a que se escriba para poder corregir lo escrito. Así que se taaaardan y se taaardan. Además, si hay eventos relevantes tengo que esperarme. Me levanté a la 12 de la tarde. La última vez que vi el reloj eran las seis de la mañana, no puedo dormir, por el insomnio. A través de mi ventana veía el cielo iluminado y una bonita luz mañanera. Es de las luces más hermosas que he visto, ésa y la de las cinco de la tarde. Comí lentejas y pescado. Estoy engordando, ya tengo estrías en los brazos y eso me parece tocar fondo. =mas= Anoche estuve navegando por páginas "pro ana- pro mía", que son chicas o chicos que aceptan y promueven la anorexia y la bulimia como un estilo de vida, una vía para llegar a la perfección. De tanto leer, porque me pareció interesante su ideología retorcida (no en el aspecto peyorativo,
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