Una historia cualquiera (parte 1)
Ya eran muchos los días con esa depresión sin una causa, y luego, empezaron los sueños. No los recuerdo bien; al menos de todos los que tuve, en uno una voz me dijo que uno de mis hermanos no había nacido como todo los demás; otro sueño me mostró un lugar muy raro y en esa visión un nombre: Adarthy; y en otro la imagen de mi espada Ashimedi, mi alma gemela, perdida en algún lugar del mundo cuando caí de los infiernos a la tierra. Estos dos últimos sueños fueron tan repetitivos que termine por
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Me siento Divertido.
Escuchando: Dido - Here with me