La carta
Mientras la tarde enfría su abrazo, un jovenzuelo recibe de manos de su hermana un sobre amarillento perfumado con lavanda, la boca le tiembla y su cuerpo se estremece con un frío inhumano... Amado muchacho, Abadon: Alguna vez escuché la pregunta ¿Morirías por mí? No recuerdo donde o cuando fue la primera ocasión; sin embargo al transcurrir el tiempo escuché la misma pregunta de diferentes labios. Jamás respondí claramente. Pero hoy que te tengo frente mío, de cara a éstas líneas, la pregunta variará un poco debido a la injusticia que hay en la original. ¿cuál es esa injusticia? Simplemente, ésta radica en la cantidad de cuerpos que morirán por uno solo, esa infidelidad del que cuestiona y debilidad de los pactos de amores sombríos. Es decir,
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Me siento Divertido.
Escuchando: Pericos - Runnaway