José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827)
La riqueza del subsuelo ha sido la desgracia del país. La abundancia de las minas (o del petróleo en la actualidad) daño nuestro carácter moral e impidió que prosperaran la agricultura, la industria y el comercio. Enervó nuestra capacidad de trabajo y despertó la codicia extranjera. La explotación de lo que se debe al azar de la Naturaleza y no al esfuerzo humano, concentra
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