Zitarrosa
Algo bueno (además de mucha agua, pasto, bichos, humedad...) trajo el huracán, y fue que... increíble, pero mi camioneta ya no rechina. Eran las rótulas o algo así, me dijeron, pero ahora es sileciosa como gato en la alfombra. De no creerse. Antes rechinaba hasta cuando me subía, cuando giraba el volante, y especialmente cuando pasaba un tope. Bueno, era imposible llegar sin avisar... ahora que lo pienso no era tan malo... como llegar pateando latas... sólo por si acaso... la cosa es que iba por la calle, planeando mil cosas que hacer hoy, básicamente cómo matar un tiempo que me está empezando a quedar grande. Escuchaba una cinta viejita de Alfredo Zitarrosa, un uruguayo que, de haberlo conocido, estoy segura que me habría enamorado. Iba por la carretera, detrás de un tractor lentísimo que
Hay 405 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse
Me siento X.
Escuchando: silencio