19 dias y 500 noches
Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks, en vez de fingir o estrellarme una copa de celos le dio por reir. De pronto me vi como un perro de nadie ladrando a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo. Tenían razón mis amantes en eso de que antes el malo era yo, con una excepción: esta vez, yo quería querer quererla y ella no. Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas desde el taxi y haciendo un exceso me tiró dos besos, uno por mejilla. Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y por esas ventas del fino Laína, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde
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Me siento X.
Escuchando: Joaquin Sabina - 19 dias y 500 noches