tentador

Hacer el amor

  Hacer el amor... hacer el amor es como estar naciendo. Es amanecer en todo el cuerpo. Es no tener pasado ni recuerdos. Es ceñirse a la piel que enguanta la carne estremecida, el grito, el mar bullente, las rítmicas oleadas de la sangre, la torva oscuridad de los abismos, las barcas sin amarra, la lava del volcán, el rosal florecido, la voz ronca que murmura palabras sin sentido. Es replegar las alas y acortar los vuelos, aplastar violentamente la tierra con nuestro peso. Es circunscribirse exactamente a los límites de nuestro propio dibujo, sin salir ni un milímetro de ese contorno que todo lo aprisiona y lo contiene. Que entren las explosiones, no que salgan. Que los caminos huyan hacia adentro. Que el deseo sea red de trama muy cerrada que no permita que los peces huyan. Que los aprisione, vivos, en movimiento, relucientes. Que haga bajar las estrellas, que las estrellas pongan luz en cada célula. Que el cielo baje, todo el cielo. Y que el infierno suba y crezca, como un bosque brotando lentamente en ese cielo. Hacer el amor es estrenar las ansias, es convertir caricias y los cinco sentidos en algo nuevo, nunca antes usado. Es abrir a golpes de machete un camino en medio de la selva enmarañada, acelerar la savia de

Hay 632 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse

Elija una cuenta para acceder al contenido completo

Cuenta de Ymipollo
Hola


Me siento GOOD.

Reacciones


Debe estar identificado para ver los comentarios o dejar uno.

Entrar a Ymipollo

¿ping? ¡pong! Ymipollo © ¿ping? ¡pong 1!