La última frase la dijo ella y fue: ¡NO TE VAS!     Entonces quise convertirme en minúscula partícula de polvo. Son de las pocas veces que recuerdo haber sentido pánico. En sus dominios y fuera de ellos su palabra era la ley. ¿Qué podía una escuincla pendeja contra semejante Dominatriz?=mas=           Aún no estaba todo perdido. Legalmente no había un solo documento que me hiciera responsable por el hecho de abandonar el proyecto. Pero la simple idea de enfrentar a la señora y hacer algo que contrariara su voluntad, era sencillamente un suicidio.     Artísticamente no me preocupaba tanto. Ya había tenido suficiente tiempo para darme cuenta que una vida rodeada de “lujos”, “glamour”, “amistades importantes”, “viajes”, y otras trampas para el ego, llevaban una factura altísima. Que por supuesto, no estaba dispuesta a pagar. Ó al menos, no en esos momentos.     Pero existía un elemento con el que me dejó clavada en el suelo. Yo estaba ahí por el destino, la suerte, la amistad, y desde luego, el “talento”. El proyecto, lo conformábamos en sí, tres chicas. Yamili, hermana de Yuri, Milagros, prima de de la misma, y YO. Doña NADIE.     No solo me habían abierto las puertas de su casa, también fui tratada como una de la manada. Moralmente me sentía comprometida a no fallar. Pero algo que también aprendí ahí mismo, fue a defender una postura hasta las últimas consecuencias.     Está por demás explicar los recursos con los que contaba mi patrona. Pero no me quedó más remedio que copiar y aplicar la técnica de la güera . Huir.       La tarde noche del día siguiente, me ofreció una oportunidad y la aproveché. Rigo Domínguez estaba en la sala grande con la señora y algunos periodistas. Se estaba deliberando la mejor estrategia para lanzarlo, pero ahora representado por Mamá Gallo. Y eso implicaba una producción espectacular y costosa.     Por fin, salieron todos apresuradamente de la casa. Una vez que se hizo el silencio, me aseguré de que  los autos habían desaparecido.   Subí por última vez esas escaleras. No hubo tiempo para empacar nada. Y ya en la cocina, sabía el problema en que se estaban metiendo todos por apoyar mi partida.     Pero  había algo peor. No tenía un centavo para el boleto del ADO. Tampoco podía alarmar a mi familia, y seguramente se pondrían peor las cosas si yo todavía estaba ahí para cuando regresaran. Porque no estaba dispuesta a continuar.         No puedo describir ese tipo de miedo. Eso es algo que solo un idiota pude pretender.     Llegué a Veracruz al día siguiente muy temprano . Lo primero que le dije a mi madre fue: NO REGRESO. Solo recuerdo estar sentada en el banquito del tocador, frente al espejo. Luego una llamada interrumpió mi monólogo.     Estaba hecho. Había una guerra fría declarada.           Hay una serie de factores que no puedo ni quiero mencionar. Implican asuntos muy delicados de esa familia y por respeto a sus integrantes y mi propia integridad, debo pasar de ellos.     Lo que sí puedo decir, es que determinaron mi decisión.         Aún recuerdo evitar los cougar color blanco a toda velocidad. Uno nunca sabe cuánto tiempo puede guardarse un resentimiento…           FIN       NOTA: Luego de esa experiencia, nada fue lo mismo. La madurez llega de manera proporcional a la magnitud del abismo. Catorce años después, me casé muy enamorada. Formé una hermosa familia y pude continuar con mis proyectos. Pero en el Inter, sucedieron  MUCHAS COSAS INTERESANTES…                          Desde la trinchera…..SATISFECHA.        

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