Orfeo y sus demonios
Junto a tí, un manchón de ternura pintado en la caricia de tu rostro, recargando tu escencia de mil tristezas, estás aquí, y yo espero ya que me ames, una espera vana quizás. ¿Espero en vano? Creo que no tiene importancia, a la par de mis desangrados ojos que se mueren en tu escencia, a la par de los deseos secuestrados por tu cuerpo, en ese vaivén de tus caderas y el instinto natural en simples armonías captadas en la inercia de este amor poeta. No sé si llegue tarde, puede ser que muy
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Me siento Pensativo.