Sin dueña...
Alla recatado en la misera oscuridad mis lagrimas vagueaban sin cesar formando un penetrante y hondo charco capaz de dislumbrar mi severa seriedad. con mis manos agrietadas por el paso del tortuoso tiempo sigue recordando bellas y necias palabras de amor olvidados de una persona, de una sombra de una
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Me siento Inspirado.