Nunca me imaginé que iba a trabajar en Cd. Del Carmen. El lunes por la mañana mi jefe me habló por teléfono indicándome que debía presentarme en la obra de remodelación que la empresa está realizando en Cd. Del Carmen. Por la deficiente señal del celular, yo entendí que me decía Playa del Carmen, casi salto de mi asiento, porque iba a pasar unos días en esas paradisíacas playas del caribe mexicano, pero mi entusiasmo se apagó cuando me confirmó que era la petrolera ciudad de las plataformas. El martes llegué a la isla campechana, y me dispuse a realizar mi trabajo, instalar el programa _Opus ole_ y analizar algunos precios unitarios de obra extraordinaria. Por la mañana recorrí algunas calles de la ciudad que casi me vio nacer. Mi familia vivía aquí cuando yo estaba por venir al mundo, y como todos mis hermanos son del puerto de Veracruz, mi padre no quiso

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