abram666

3

  Tal vez fue por celos, rabia, desesperación o simplemente por hacerme el interesante, pero aquella tarde en que mi exnovia me mando al carajo decidí no volver a escribir en mí desde entonces, insignificante vida. Al llegar a casa y con las lágrimas aun sobre los cachetes, tome la vieja pluma fuente que me heredo mi padre, le di una calida, cuidadosa y nostálgica limpieza como si fuese yo mismo quien embalsamase a un amigo muy querido. La puse en su ataúd: una pequeña caja con relleno de fieltro y un exterior de imitación de piel, que resultaba lo suficientemente elegante para el final que nos ocupaba: no verle nunca mas. La guarde en un cajón, allí donde van todas las cosas que uno quiere olvidar y me dormí pensando que al día siguiente mis dedos únicamente servirían para contar todo aquello que cabe dentro de la ordinaria

Hay 441 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse

Elija una cuenta para acceder al contenido completo

Cuenta de Ymipollo
Hola


Reacciones


Debe estar identificado para ver los comentarios o dejar uno.

Entrar a Ymipollo

¿ping? ¡pong! Ymipollo © ¿ping? ¡pong 1!