Unos cuantos segundos, coincidencia, las ganas de saber que podria pasar, las ganas de verla, una mezcla de un poco de todo lo antes mencionado.=mas= Difícil era saber, aún para sí mismo, porque habia decidido quedarse ahí. Pero esperó la hora, y la vió sonriendóle desde el auto. Un par de minutos más tarde se saludaban, ella entre disculpas y sonrisas, él sin preguntar, solo satisfecho de que hubiera llegado. La última hora, los 60 minutos de espera en su día más puntual se habían desvanecido en el instante en que ella ondeó su mano a forma de saludo. El evento resultó ser una rara ocasión para adaptarse a si mismos, no era el lugar ideal. Se conocían de años con ese falso grado de conocimiento que dá el solo hablar de cosas superficiales en alguna reunión cada par de años. En algún momento, ella se acercó susurrándole al oido “quiero un zoom”, y riendo de forma

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