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Cochino Destino (cuento)

Todo ser humano nace con una carga de vileza, somos perversos por naturaleza, nacemos con una inocente perversidad y poco a poco se nos va disolviendo, dependiendo del ambiente y la educación de los padres. Algunos mantienen pura su maldad y llegan a la edad adulta siendo verdaderamente malditos y otros despojados de eso, son almas bondadosas.=mas= Mateo Catana tenia intacta su maldad, sus acciones siempre causaban daño y a el no le importaba. De niño, solía molestar a los más débiles y los golpeaba por el placer que le producía ver el miedo reflejado en los ojos de sus victimas. Por el temor que causaba, lo respetaban, y eso le proporcionaba poder, y ese poder lo hacia líder. Esa cualidad lo llevó a meterse en la política y a destacar en ella. Semanas atrás, le ofrecieron la candidatura de la diputación de su distrito y no dudò ni un momento en aceptar, el presidente de su partido, le llamo a su celular y le felicitó porque las “bases” lo elegían para el cargo y conociendo su sentido del deber patriótico, lo invitaba a aceptar su destino y empezar su campaña inmediatamente. Sabía que primero tenia que recorrer las comunidades mas alejadas y perdidas en la sierra, donde no lo conocían. Ya bien encaminado en su campaña proselitista, esa noche, el candidato Mateo dormiría en el pueblo de Tezcatlitlan de las Cumbres, para dar un discurso a la mañana siguiente. Antes de que se ocultara el sol, llegó Mateo en su camioneta al poblado, su equipo de trabajo que lo acompañaba, llegaría muy temprano al otro día. Las calles polvosas recibieron a Mateo, no le extrañó que estuvieran solitarias, ya que le habían comentado que la mayoría de los habitantes de Tezcatlitlan estaban trabajando en los Estados Unidos. El poblado lucìa pobre y sucio,

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