Aquellos días en los que mi sonrisa irradiaba mas felicidad que nunca, donde mi cuerpo se estremecia al pronunciar una sola palabra, cuando la ceguera nublaba cuanto error se desataba, en esos felices días, jamás me diste un beso, me acompañaste al fin del día, me pediste mi opinión, me comentaste algo, simplemente ese odio revolucionó todo cuanto yo había logrado, hecho abajo el rascacielos empezado en =mas= los cimientos de un amor que prometia elevarse hasta el cosmos, se desmorono parte de mi vida, de mi salud, y tu con ese sarcasmo tan tuyo todavia me dijiste que lo sentias…pero ¿que sentias?, un gusto y desprecio por la felicidad que ya no compartia contigo, si no con alguien mas, no obstante que llevamos la misma sangre, cosa que no impidio que destruyeras con la ponsoña de tus palabras y tu desprecio, ese orgullo ciego de odio y de celos estúpidos que jamás

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