quicha

Una deuda pendiente

Hoy he sentido unas ganas terribles de escribir. Ahora debería decir que quizás no llegues a leer esto nunca, pero seguramente con tu filosofía de siempre estarás pensando que si lo escribo es porque desde el principio deseé que lo leyeses…. No sé, quizás lo único que pretenda es desahogarme un poco, o hablar conmigo misma y dejar que otro lo lea…. Ó quizás hablar, hablar para saber que sigo viva.   Ayer ha pasado algo muy curioso,  es la primera vez después de muchos meses que no hubo lloros, desilusión, malestar al finalizar, no hubo nada…. No quiero utilizar la palabra indiferencia porque si hubiese existido, no estaría escribiendo ahora.  Y fue una conversación como otras muchas, no tuvo nada de especial que la diferenciase de las que venimos manteniendo, la única diferencia fue esa, el vacío que me dejó, la carencia de cualquier sentimiento bueno o malo, ni alegría ni tristeza,  ni sorpresas ni desengaños…. Y no digo que no fuese una conversación normal, con todos los ingredientes, preguntas obligadas, respuestas lógicas, proyectos futuros, vivencias pasadas, cordialidad, algún que otro elemento de grandilocuencia y……. ¿y qué? …., no sé, quizás haya llegado ese “tiempo” que  anuncian todos los expertos, ese tiempo donde todo está curado y da lo mismo que el color sea blanco o negro, y lo único importante es que exista un color.   Hemos levantado entre nosotros un muro tan grande que ahora, cuando nos encontramos, somos incapaces de vernos. El temor a una pregunta difícil de contestar, la explicación inexistente por miedo a la propia

Hay 769 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse

Elija una cuenta para acceder al contenido completo

Cuenta de Ymipollo
Hola


Reacciones


Debe estar identificado para ver los comentarios o dejar uno.

Entrar a Ymipollo

¿ping? ¡pong! Ymipollo © ¿ping? ¡pong 1!