capitulo 3.1 de la obesa gusana prieta que no pudo ser mairposaU
Una vez más estamos aquí para traer hasta ustedes la continuación de la serie “la obesa gusana prieta que no pudo ser mariposa” póngase cómodo: El concurso de talentos se acercaba al jardín. Todos esos experimentos teatrales, el mejor físico, el peor, la excusa de una vida para poder sobre salir. Como siempre, en la parte occidente estaban las flores de ornato, en el sur, las hierbas de olor, al centro como debe de ser, la rosa, y al oriente, los vegetales. Interminables colas de insectos formados al margen de la fuente para contemplar el famosísimo espectáculo. Cada año se daba un premio al excelentísimo primer lugar. Todo bajo el riguroso ojo de un insobornable cuerpo de justicia. El jurado, la mayor parte del tiempo estaba en sus cabales pero se sabe que la debilidad se cuela por la parte más flaca y ñenga. Creemos que aquel día de lluvia, algo afectó terriblemente las antenas de todos los ahí presentes. En particular de un minúsculo y enclenque piojo de agua. Este, que por si fuera poco no podía vivir lejos de la misma, siempre insistía en formar parte de cuanto movimiento social se presentaba en el jardín. Con sus pequeños lentes al filo de la enorme narizota saltaba del charco en
Hay 648 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse