Recuerdo tu sonrisa, ese lúcido rayo de albor que jamás volvería a ver, al menos no de esa manera. Éramos niños en ese entonces, tus movimientos no eran femeninos; eran delicados, juguetones e inesperados. Pasaron los años, los juegos y la candidez; nuestras mentes y propósitos avanzaban cada vez en líneas más dispares. Nuestros vientos ya no eran los mismos, cada quién buscando otro calor. Y aún así seguíamos juntos. p=. !http://www.ymipollo.com/user/images/2007/02/8e14e3d0735ac2eac69b2cb42b2869fe.jpeg! =mas= Te cuidé, como nunca he cuidado a otra persona, me desvelé por ti. En ocasiones sentía que me ahogaba, que ya

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