Historias de la ciudad de la esperanza.
Hola joven pues dígame seño Elvira, o Elvi si quiere, quiere que le cuente mi día? uuy joven pues que le cuento mire mi día inició a eso de las 8 de la mañana, era un día normal para mi, una guerra con mi cama -si es que mi catre sostenido por ladrillos se le puede llamar así- para que me liberara de sus cadenas seguida de un buen baño o jicarazos que es lo mismo para mi, fue la primera actividad que tuve, el desayuno no recuerdo pero seguramente fueron frijoles, -total siempre es lo mismo frijoles o huevo- lo que si recuerdo fue mi pecsi bien fría que salí a comprar a la miscelánea de Nachita. Despuès de realizar mis actividades matutinas que se resumen al baño y al desayuno ah y a la guerra contra el catre, me dirigí hacia mi empleo, -trabajo haciendo el quehacer en algunas casas y algunas otras veces plancho o lavo ropa por docena- la verdad es que los miércoles voy a la casa de doña Carmina, la señora es una amor, me ayuda con mi chamaco y me deja llevarme algo de comida y de vez en cuando me regala algunas chambritas para el frio, el problema es que cuando llego a la casa está la señorita Blanquita, -que he de confesarles que he escuchado que le dicen la sopa, que por aguada y caliente- quien no hace nada en todo el día se la pasa en eso del Interné su pobre mamacita le dice que estudie, que salga con sus amigos, que se distraiga o ya de menos que se eche agua
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Me siento Inspirado.
Escuchando: 2 CORAZONES - FOBIA