Esto lo encontre en un blog a mi medio flojera escribir sobre lo mismo mejor lo copio y pues recuerden asi como yo lo hice, ahora si me senti vieja, para los mocosos de 15 18 años ni les toco asi a aquellos dinosaurios como yo recuerden=) Lo pongo tal como lo encontre =P publico los juguetes de la época de mi niñez (80’s y principios 90’s) que me llamaban mucho la atención pero que por alguna razón nunca los tuve y me quedé con las ganas (osea, quiero curar mis traumas infantiles y sentirme identificada con raza que se quedó con las ganas igual que yo, pero no me vayan a presumir que si los tuvieron eeeh jaja).Unos vecinos tenian el Fabuloso Fred, me llamaba mucho la atención porque tenía teclas de colores con diferentes sonidos; lo mismo me pasó con el jueguito de Simon Dice, que era redondo con cuatro teclas y además que te daba mandatos, pero lo emocionante es que el aparatito hablaba, si mal no recuerdo. ¡Qué trauma! jajaja Solo los jugué una vez en mi vida a ambos. De niña padecía de las anginas, así que tampoco se me hizo tener la Máquina de Raspados (fiesta de sabooooor… jaja), pero la tonadita no se olvida. Son de esas cosas que se te quedan en la mente en almacenaje de largo plazo. Había una casita de muñequitos en forma de árbol, que nunca supe como se llamaba realmente y que una vecinita lo tenía y se me hacia bien bonito, así que nunca supe como pedirla en la cartita de Santa Claus y me quedé con las ganas. Eso me recuerda otra casita que traía un elevador, pero tampoco recuerdo su nombre. Tambien la muñeca Comiditas (Cooomiditas mueve su boquita, comiditas mancha su pañal [con la tonadita del comercial]) que aún y que se hacia del baño yo la queria. Ya saben, la ilusión de cambiar pañalitos porque realmente lo requiere y de dar de comer a muñecos. También había una muñeca que patinaba y otra que caminaba sola jajaLuego pasando a los juegos de mesa, el que ni siquiera pude jugar alguna vez, fué el de Pulgas Locas y me llamaba mucho la atención, hasta me sé la canción del comercial: “Pulgas, pulgas, nadie duerme hooooy, pulgas, pulgas, ellas saltan sin parar…” ¿a poco no se acuerdan de la tonada? No se si todavía transmitan el comercial, pero a mi no se me olvida, que loca; igual con el juego Adivina Quién (pregunta quién, adivina quién), ya lo jugué de más grande y pues la verdad ya de grande como que no tiene mucho chiste. Lo que si resultó chistoso, fué que cuando recien salieron los famosos patines en línea, (que por cierto todos mis amiguitos tenían menos yo), eran carísimos, por darles un precio, estaban como en mil pesos; papá una vez me dijo, cuando estén en cien pesos te los compro y yo pensando: ¡uhh! en diez años entonces… pero a los poquitos años en una tienda en la que fuimos a comprar el mandado, los vimos que ya tenían un precio de entre cien y ciento cincuenta pesos y que le recuerdo a mi papá y solamente se sonrió pero no me los compró jaja. En cuanto a peluches, me quedé con las ganas de un Popple ¿recuerdan la caricatura? eran bellos, graciosos, bonitos, daban “ansias” pero nunca tuve uno. También existía en el mercado un pianito con forma de dinosaurios de colores diferentes, el Pianosaurio, en serio que me hubiera gustado haber aprendido piano desde niña. De otra cosa que me quedé con ganas, pero se me hace que era puro capricho mio, eran todos los sets de Sweet Secret, ¡¡pero más por el

Hay 1866 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse