mojaba su pluma en el tintero relleno con el estracto de una rosa negra mientras miraba a traves de su mente, sobrevolando los sueños... en su mundo interior, sellado con el lacre del silencio, estaba ella, completamente desnuda.... tenia el pelo negro como azabache, la piel blanca de marmol... sus ojos eran del color de la miel, y estaban cubiertos por un manto de lagrimas.... el agua cristalina recorria sus sedosas mejillas y caia hasta sus pies, ajustandose a las suaves y perfectas curvaturas, formando abajo un mar de llantos ke inundaba el suelo enlosado con las mas bellas ideas de la mente del autor.... el poeta desperto... se habia quedado dormido... por la ventana entraba la noche.... la luna, redonda y brillante, rodeada de su cohorte de estrellas, permitia distinguir los escasos objetos ke poseia el literato en su pequeña habitacion... en una esquina habia una diminuta cama, pensada, por su tamaño, para un niño de unos 12 años... junto a la cama, adosada a la pared, estaba una estanteria saturada de libros amarillentos por el uso.... los libros eran grandes clasicos y ediciones de bolsillo de poesia.... bajo la ventana habia un desordenado escritorio cubierto de plumas, tinta y papeles de diferentes tamaños y colores.... fue encima del escritorio donde se habia quedado dormido.... ahora ke ya estaba despierto, solamente podia pensar en aquella chica que lloraba.... no sabia si debia escribir sobre ella, o si kiza ella habia venido a anunciarle algo... dudo durante unos instantes y comenzo a escribir... llevaba algun tiempo escaso de inspiracion, pero parecia ke la mala racha habíi terminado... su pluma se deslizaba con movimientos graciles y certeros... un verso tras otro iban cubriendo las palidas

Hay 843 palabras más en este escrito, para seguir leyendo debe identificarse