Sumergido en el letargo del sueño, sentí la presión en el pecho y mis ojos se abrieron alarmados; ahí estaba encima de mí, sonreía, había venido para llevarme. Un dolor en el pecho me decía la razón por la cual me iría, con desesperación y reuniendo todas mis fuerzas pude musitar “yo sé tú secreto y lo voy a revelar…”, al instante su sonrisa desapareció dando lugar a una mueca de furia, con agilidad sobrenatural se levanto y me tomo del cuello aventándome hacia la puerta del baño, el golpe fue seco pude sentirlo a plenitud, la sorpresa y el dolor no me permitieron reaccionar cuando me sujeto y me aventó nuevamente, ahora hacia la sala; una y otra vez fui levantado como muñeco de trapo y enviado contra la mesa, el refrigerador, las puertas y otros objetos. El dolor y la sangre se habían mezclado en mi sin darme oportunidad de reaccionar jamás; finalmente paro y subiendo nuevamente a mi pecho me dijo burlonamente “tú no puedes amenazarme de ninguna forma, el que este aquí es porque estás vivo y como tal un día tendrás que irte, este es tu castigo ángel, tu destino habrá de cumplirse, pero quédate un rato mas para revolcarte en tu inmundicia, tu naturaleza sanara tus heridas aunque habrá otras cosas con las que tendrás que lidiar” Acto seguido desapareció dejándome en el suelo sin poder moverme, aunque pareció una eternidad, casi de inmediato se escucharon unos toquidos en la puerta de mi casa, era mi casero alarmado por los ruidos, al no estar imposibilitado de levantarme o siquiera contestar, el señor abrió la puerta con sus llaves y con los ojos estupefactos observo el caos en el cuarto. Ahí estaba yo en la sala de la casa, golpeado, los objetos de las habitaciones derruidos, en desorden y en el piso envases vacios de cerveza.     Habría mucho que explicar, cosas con que lidiar.     Escuchando: Poison - I Won't Forget you     Einyel  

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