De monstruos y decepciones infantiles
Desde pequeño mis padres me inculcaron el placer de leer y mis primeros libros fueron sobre animales y monstruo s fantásticos. Para un niño como yo entre 8 a 10 años la diferencia entre un animal real y un monstruo era una delgada línea, en algunos casos imperceptible. Un buen ejemplo era Godzilla, mi favorito; había visto todas sus películas (Godzilla vs Mothra, Godzilla vs Mechagodzilla, etc, etc, etc), tenía un libro que me había comprado mi padre sobre muchos tipos de criaturas reales y ficticias, traía dinosaurios, otros animales extintos, criaturas de leyenda y monstruos del cine (DEL CINEEE!!!!...porque nunca puse atención a ese título?????), en esa parte leí que el gigante destruía Tokio y nadie podía detenerlo, uuff!!, yo me emocionaba. Pero un día, en
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